Hoy es el Día mundial de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y, para concientizar acerca de esta enfermedad, desde Con Bienestar repasaremos sus aspectos relevantes. También conocida como enfermedad de Lou Gehrig, debido a un beisbolista estadounidense que la padeció en 1939 (y la hizo conocida), consiste en una patología neurológica progresiva que afecta al movimiento muscular, ya que evita que los nervios que los controlan funcionen correctamente.
La ELA afecta el sistema nervioso central (el cerebro y la médula espinal). Compromete las células nerviosas encargadas de controlar el movimiento muscular voluntario. Dado que es progresiva, a lo largo de su desarrollo se pierden habilidades como el habla, el andar, el comer. Sin embargo, las funciones cognitivas se mantienen intactas, por lo que la persona es consciente de lo que le sucede. Si bien puede ser tratada, no puede detenerse o revertirse, ya que aun no tiene cura.
Se presenta con síntomas como debilidad muscular y rigidez. Los pacientes con ELA también tienen un bajo peso, ya que queman calorías más rápidamente. Es más común en los hombres y puede aparecer en cualquier momento entre los 4 y los 70 años. A medida que pasa el tiempo, los nervios disfuncionales causan debilidad muscular y los músculos debilitados provocan, gradualmente, parálisis. Las últimas etapas de la ELA pueden afectar a la respiración y otras funciones corporales vitales, que pueden conducir a la muerte. Esto se debe a que afecta severamente a los nervios que las controlan. Sin bien los síntomas dependen de cada paciente, todos perderán, en algún momento, la capacidad de moverse y respirar por sí mismos.